Hablar de su nueva situación y compartir su experiencia con otras personas que están pasando por lo mismo puede serle de gran ayuda. Conocer cómo afrontan los demás este proceso de cambio a la nutrición por sonda le hará entender muchas de las circunstancias que lo rodean.
EDUARDO, 78 AÑOS.
“Diría que primero y ante todo debe probarlo. Debe experimentarlo por sí mismo y encontrar sus propias formas y rutinas. Tarde o temprano acabará formando parte de su vida, y si quiere aprovecharla al máximo debe aceptar que así es como serán sus comidas. Ahora disfruto de la vida que tengo y no me paso el día lamentándome por lo que no puedo hacer. A menudo me preguntan si la nutrición por sonda ha sido una transición difícil, pero creo que no ha sido tan dramático.”
JULIA, 63 AÑOS.
“Cada día, mi marido y yo comemos juntos en la cocina, igual que antes de operarme. Él tiene la comida habitual y yo, mi jeringa. Es una situación totalmente normal para nosotros. Si tenemos invitados, voy a la cocina y me paso la jeringa, pero después estoy con ellos en la mesa. No me importa nada hacer comida para los demás, aunque yo no pueda comerla. Incluso lo compro todo. Sí, al principio la gente te mira un poco, pero después se acostumbran rápidamente, igual que nosotros.”
SARA, 31 AÑOS.
“Para ser sincera, es bueno hablar con otros pacientes o cuidadores. Cada persona explica sus experiencias. Te apoyan, ves que no estás sola. Lo que te pasa como cuidador les sucede a muchas personas.”
Conozca de primera experiencias y vivencias de personas que han compartido su situación y que están pasando por situaciones por las que también puede estar pasando usted. Conocer cómo afrontan los demás un proceso de cambio a la nutrición por sonda puede ser de gran ayuda y hará entender muchas de las circunstancias que lo rodean y que pueden afectarle.