DIARIO DE UN
PACIENTE CON SONDA

Mi marido tiene esclerosis lateral amiotrófica. Le pusieron la sonda porque se atragantaba. Optamos porque fuera directo al estómago y no por la nariz; así al menos está tapada por la ropa. Pregunté si será capaz de hacerlo y qué consecuencias tendrá en su vida.

En casa tenía miedo de no estar haciéndolo correctamente. Sin embargo, ahora ya lo hago bien y estoy mejor porque veo que esto funciona.

Ayer se cumplieron dos meses desde que se lo hicieron y estoy encantada porque ya ha ganado 3,5 kilos. Está hidratado y bien nutrido; no pensé que la sonda le ayudaría a recuperarse tanto. Antes tenía la cara llena de arrugas porque estaba deshidratado, ahora le digo “tienes tan buen aspecto”, y soy yo la que tiene arrugas.

Me siento feliz de que tenga un aspecto tan bueno. Sé que no puede hablar, que no puede caminar y que está empeorando, pero cuando está con sus nietos se ríe, cuando salimos ve a las señoras que le hablan y se ríe, y parece feliz.