La fórmula cae por su propio peso. Se conecta un tubo de plástico (sistema de administración) al envase donde está la nutrición con la sonda que lleva puesta el paciente.
Permite regular el flujo manualmente a través de un regulador con ruedecilla que está en el sistema de administración.
La infusión por gravedad permite una administración más lenta y, en general, bien tolerada. Debe iniciarse de forma gradual, para establecer una mejor tolerancia.
Aspire de 20-40 ml de agua (o la cantidad indicada por su profesional de la salud) y enjuague bien el tubo de alimentación.
Cierre la pinza del equipo de administración.
Cuelgue el envase con la nutrición y conéctelo al sistema de administración.
Si su envase es una botella, quizá le resulte más cómodo conectarla al sistema de administración antes de colgarla. El envase debe colgarse al menos 20 cm. por encima de la cabeza del paciente para que la fórmula fluya mejor.
Conecte el sistema de administración a la sonda.
Ajuste la velocidad de goteo abriendo o cerrando la ruedecita. Gradúe la velocidad (gotas por minuto) siguiendo las indicaciones recibidas de su profesional sanitario.
Verifique regularmente que la velocidad de infusión de la fórmula nutricional es correcta y no ha variado.
Cuando termine la nutrición por gravedad baje la ruedecilla para interrumpir la nutrición.
Descuelgue la nutrición y desconéctelo del sistema de administración.
Desconecte el sistema de administración de la sonda.
Para terminar, lave la sonda pasando 20-30 ml de agua con una jeringa (en caso de nutrición continua, cada 6 horas).
Es importante realizar unos cuidados diarios tanto de la sonda, de la boca y de la parte del cuerpo que entra en contacto con la sonda.
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